Letra traducida de Supplique Pour �tre Enterr� � La Plage De S�te - Georges Brassens en espa�ol
S�plica para ser enterrado en la playa de S�te
La muerte que no me ha perdonado nunca
de haberme burlado de ella
me persigue con un celo imb�cil.
Entonces, acosado de cerca por los enterradores,
he cre�do oportuno de poner al d�a mi testamento,
de pagarme un codicilo.
Moja en la tinta azul del Golfo de Le�n
,moja, moja tu pluma, oh mi viejo escribano
y con tu letra m�s bonita,
anota lo que tenga que pasar con mi cuerpo,
cuando mi alma y �l no est�n de acuerdo m�s
que sobre un solo punto: la ruptura.
Cuando mi alma tome su vuelo hacia el horizonte,
hacia la de Gavroche y de Mimi Pinson,
las de los golfillos de Par�s, de las modistillas.
Que hacia mi tierra natal mi cuerpo sea llevado,
en un coche-cama de Paris-Mediterraneo,
con llegada en la estaci�n de S�te.
Mi pante�n familiar, �ay! no es muy nuevo,
vulgarmente hablando, est� lleno a rebosar,
y de aqu� a que alguien salga de all�,
puede pasar mucho tiempo y yo no puedo,
decir a esa buena gente: apretaos un poco
y dejad un poco de sitio a los j�venes.
Justo al borde del mar a dos pasos de las olas azules,
cavad si es posible un peque�o agujero blandito,
un buen nicho peque�ito.
Cerca de mis amigos de la infancia, los delfines,
a lo largo de esta playa donde la arena es tan fina,
sobre la playa de la Corniche.
Es un playa donde incluso en sus momentos m�s furiosos,
Neptuno no es tomado jam�s demasiado en serio,
donde cuando un barco naufraga,
el capit�n grita: ?Yo soy el jefe a bordo!
s�lvese el que pueda, el vino y el pastis lo primero,
cada uno su botella y coraje.?
Y es aqu�, donde a mis quince a�os ya perdidos,
en la edad donde divertirse solo ya no era suficiente,
conoc� el primer amorcito.
Cerca de una sirena, una mujer-pez,
yo recib� del amor la primera lecci�n,
https://www.coveralia.com/letras-traducidas/supplique-pour-etre-enterre-a-la-plage-de-sete-georges-brassens.php
tragu� mi primer: ?�Quieto!?
Con el debido respeto hacia Paul Valery,
yo, el humilde trovador, sobre �l yo sobresalga,
el buen maestro me lo perdone.
Y que, al menos, si sus versos valen m�s que los mios,
mi cementerio sea m�s marino que el suyo,
y no disguste a los aut�ctonos.
Esta tumba como un s�ndwich entre el cielo y el agua,
no dar� una sombra triste al paisaje,
sino un encanto indefinible.
Las ba�istas se servir�n de ella como biombo,
para cambiar de ropa y los ni�os
dir�n: �qu� bonito, un castillo de arena!
Y si no es demasiado pedir: sobre mi parcelita,
plantad, os lo ruego, alguna especie de pino,
pino parasol preferentemente,
que sabr� proteger contra la insolaci�n,
a los buenos amigos que vengan a mi sepultura para hacer,
afectuosas reverencias.
Que vengan de Espa�a, o que vengan de Italia
todos cargados de perfumes de m�sicas bonitas,
el Mistral y la Tramontana.
Sobre mi �ltimo sue�o verter�n los ecos,
de villanelles un d�a y otro de fandangos,
de tarantelas y de sardanas.
Y cuando tomando mi colina por una especie de almohada,
una ondina venga a dormitar gentilmente,
con menos que nada de vestidos,
yo pido perdon por adelantado a Jes�s,
si la sombra de su cruz se echa un poco encima de ella,
para una peque�a felicidad p�stuma.
Pobres reyes faraones, pobre Napole�n.
pobres grandes desaparecidos que yacen en el Pante�n,
pobres cenizas de gente importante,
vosotros envidiar�is un poco al eterno veraneante,
que se pasea en hidropedales sobre la playa, so�ando,
y que pasa su muerte como si fuesen unas vacaciones.
vosotros envidiar�is un poco al eterno veraneante,
que se pasea en hidropedales sobre la playa, so�ando,
que pasa su muerte como si fuesen unas vacaciones.
Tweet |