Letra de El Tigre Del Guadarrama - Vainica Doble
Letra de canci�n de El Tigre Del Guadarrama de Vainica Doble lyrics
Rod� haciendo la croqueta
por una larga pendiente alegremente,
consciente de que mi meta
era al fin hallar la muerte.
Se abrazaron los helechos a mi pecho
obst�culo ligero a lo inminente.
Por si acaso, a mi paso y con los dientes,
iba arrancando setas,
eligiendo cuidadosa
aquellas m�s venenosas:
las amanitas faloides,
las amanitas virosas.
Varias veces dio mi frente
contra el duro granito jaspeado
disfrazado con verde sombrerito
de musgo floreado
apariencia inocente
que oculta cuarzo, mica y fesdelpato
tambi�n perd� un zapato.
Luego, de bruces,
fui a dar en el arroyo
"ploc, ploc, ploc",
alegres monta�eros federados
entonaban los aires del Tirol:
"iulereiriu...".
Ceg�ronme las luces
que pone el sol en lomos de bermejas
humildes pececillos de secano;
la campana del pueblo m�s cercano
convocaba a las viejas.
Todo el arroyo serrano
se introdujo por mi boca de repente;
colgado de una roca,
https://www.coveralia.com/letras/el-tigre-del-guadarrama-vainica-doble.php
un barbo me observaba indiferente.
Recib� la visita del milano,
del buitre carro�ero
y su hermano menor don alimoche,
rapaces en sus gustos muy exigentes.
Me ali�aron con exceso
tomillo, salvia y cantueso;
luego en mi se hizo la noche.
Un dominguero cantaba una canci�n
mientras lavaba el coche.
Antares del Escorpi�n
me hac�a gui�os rojizos,
la Polar me reclamaba
a la regi�n de los fr�os.
Del fuego del coraz�n
hu�a la d�bil llama,
yo no entend�a porqu�
dorm�a en el r�o aqu�l
sin camis�n ni pijama.
El Tigre del Guadarrama
Silencioso y a paso lento, lento
Se acerc� hasta m�
Husmeando el viento
Y bebi� de la corriente en mi cama
En reposo, suavemente
Y luego se alej�, con sumo tiento,
Blandas zarpas de algod�n en rama
Yo no le vi
M�s sent� su aliento.
por una larga pendiente alegremente,
consciente de que mi meta
era al fin hallar la muerte.
Se abrazaron los helechos a mi pecho
obst�culo ligero a lo inminente.
Por si acaso, a mi paso y con los dientes,
iba arrancando setas,
eligiendo cuidadosa
aquellas m�s venenosas:
las amanitas faloides,
las amanitas virosas.
Varias veces dio mi frente
contra el duro granito jaspeado
disfrazado con verde sombrerito
de musgo floreado
apariencia inocente
que oculta cuarzo, mica y fesdelpato
tambi�n perd� un zapato.
Luego, de bruces,
fui a dar en el arroyo
"ploc, ploc, ploc",
alegres monta�eros federados
entonaban los aires del Tirol:
"iulereiriu...".
Ceg�ronme las luces
que pone el sol en lomos de bermejas
humildes pececillos de secano;
la campana del pueblo m�s cercano
convocaba a las viejas.
Todo el arroyo serrano
se introdujo por mi boca de repente;
colgado de una roca,
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un barbo me observaba indiferente.
Recib� la visita del milano,
del buitre carro�ero
y su hermano menor don alimoche,
rapaces en sus gustos muy exigentes.
Me ali�aron con exceso
tomillo, salvia y cantueso;
luego en mi se hizo la noche.
Un dominguero cantaba una canci�n
mientras lavaba el coche.
Antares del Escorpi�n
me hac�a gui�os rojizos,
la Polar me reclamaba
a la regi�n de los fr�os.
Del fuego del coraz�n
hu�a la d�bil llama,
yo no entend�a porqu�
dorm�a en el r�o aqu�l
sin camis�n ni pijama.
El Tigre del Guadarrama
Silencioso y a paso lento, lento
Se acerc� hasta m�
Husmeando el viento
Y bebi� de la corriente en mi cama
En reposo, suavemente
Y luego se alej�, con sumo tiento,
Blandas zarpas de algod�n en rama
Yo no le vi
M�s sent� su aliento.