Letra de Historia De Babar - Serrat
Letra de canci�n de Historia De Babar de Serrat lyrics
En la selva ha nacido un peque�o elefante. Se llama Babar. Su mam� lo quiere much�simo. Para que duerma, lo mece con su trompa mientras le canta dulcemente.
Babar ha crecido. Y juega con los otros elefantes de su edad. �l es uno de los m�s simp�ticos. Se divierte excavando pozos en la arena con una concha. Babar se pasea feliz montado en la espalda de su mam�. De repente, un malvado cazador, escondido entre unas matas, dispara contra ellos.
El cazador ha matado a la mam� de Babar. Los monos se esconden, los p�jaros echan a volar. El cazador persigue al pobre Babar para atraparlo. Babar escapa porque tiene miedo del cazador.
Al cabo de unos d�as, llega, muy cansado, a una gran ciudad... Est� sorprendido porque es la primera vez que ve tantas casas. �Cu�ntas cosas nuevas! �Las avenidas son magn�ficas! �Qu� autos y qu� autobuses! Pero lo que m�s llama la atenci�n de Babar son dos se�ores que encuentra en la calle. Y piensa: �Qu� bien vestidos van. C�mo me gustar�a tener un traje as� de bonito... Pero, �c�mo conseguirlo?�
Por suerte, una anciana se�ora muy rica, que quiere mucho a los elefantes peque�os, se da cuenta, al mirarlo, de que suspira por un buen traje. Y como a ella le gusta hacer felices a los dem�s, le da su monedero. Babar le dice: �Gracias se�ora�.
Ahora Babar vive en casa de la anciana se�ora. Por la ma�ana, hacen gimnasia juntos y luego se ba�a. Se pasea en autom�vil cada d�a. Se lo ha comprado la anciana se�ora, que le da todo lo que quiere.
Pero Babar no es completamente feliz, porque ahora no puede jugar en la selva con sus primos y con sus amigos los monos. Muchas veces, asomado a la ventana, piensa en su infancia y llora recordando a su mam�.
Han pasado dos a�os. Un d�a, mientras pasean, Babar ve c�mo se acercan dos elefantes que van completamente desnudos.
� �Pero si son Arturo y Celeste, mis primos! � dice, asombrad�simo, a la anciana.
Babar abraza a Arturo y a Celeste y luego se va con ellos a comprarles trajes bonitos. Despu�s los lleva a la pasteler�a a merendar.
Mientras, en la selva, los dem�s elefantes buscan a Arturo y a Celeste y los llaman a gritos; sus mam�s est�n muy preocupadas. Afortunadamente, un viejo marab� que volaba sobre la ciudad los vio y r�pidamente avis� a los elefantes.
Las mam�s de Arturo y Celeste van a la ciudad a buscarlos; est�n content�simas de haberlos encontrado, aunque les ri�en por su escapatoria.
Babar decide marcharse con Arturo, Celeste y sus mam�s y volver con ellos a la selva. Todo est� listo para el viaje. Babar abraza a su amiga y le promete volver alg�n d�a. No la olvidar� jam�s.
La anciana se�ora se ha quedado sola. Est� triste y se pregunta: ��Cu�ndo volver� a ver a mi peque�o Babar?�
Ya se han marchado... Como las mam�s no cab�an en el coche, van corriendo detr�s y levantan sus trompas para no tragarse el polvo.
Pero aquel mismo d�a, el rey de los elefantes se comi� una seta venenosa mientras paseaba. Se ha puesto muy enfermo a causa del veneno. Tan enfermo que ha muerto. �Qu� desgracia tan grande!
Despu�s de su entierro, los elefantes m�s viejos se han reunido para elegir a un nuevo rey. Y justo en ese momento oyen un ruido, se dan la vuelta, miran y... �qu� ven? A Babar que llega en coche y a todos los elefantes que corren y gritan:
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� �Ya est�n aqu�! �Ya est�n aqu�! �Han vuelto! �Hola Babar! �Hola Arturo! �Hola Celeste! �Qu� trajes tan elegantes! �Qu� coche tan bonito!
Entonces Cornelius, el m�s viejo de los elefantes, dice con su voz temblorosa:
� Amigos, estamos buscando un rey, �por qu� no elegir a Babar? Viene de la ciudad, ha aprendido much�simo todo este tiempo entre los hombres. D�mosle la corona.
Todos los elefantes opinan que Cornelius ha hablado muy bien. Y esperan impacientes la respuesta de Babar.
� Os doy las gracias a todos � dice �ste � pero antes de aceptar, debo deciros que durante el viaje en coche, Celeste y yo nos hemos prometido. Si yo voy a ser vuestro rey, ella ser� vuestra reina.
� �Viva la reina Celeste! �Viva el rey Babar! � gritan todos los elefantes sin dudarlo un momento. Y as� fue c�mo Babar se convirti� en... �rey!
Babar dijo entonces a Cornelius:
� Tienes ideas geniales, por eso te voy a nombrar general y cuando yo lleve la corona, te dar� mi bomb�n. Me casar� con Celeste dentro de ocho d�as; haremos una gran fiesta para celebrar la boda y la coronaci�n.
Despu�s Babar pide a los p�jaros que vayan a invitar a todos los animales a su boda. Los invitados comienzan a llegar. El dromedario, que era el responsable de ir a la ciudad a comprar trajes elegantes para la boda, los trae justo a tiempo para la ceremonia.
Boda de Babar.
Coronaci�n de Babar.
Despu�s de la boda y la coronaci�n todos bailan con ganas. Los p�jaros se confunden con la orquesta.
Se ha acabado la fiesta. Es de noche. Brillan las estrellas.
El rey Babar y la reina Celeste sue�an dichosos... con su felicidad.
Ahora todo duerme. Los invitados han regresado a sus casas, muy contentos, aunque cansados de tanto bailar. Durante mucho tiempo recordar�n este magn�fico baile.
Babar ha crecido. Y juega con los otros elefantes de su edad. �l es uno de los m�s simp�ticos. Se divierte excavando pozos en la arena con una concha. Babar se pasea feliz montado en la espalda de su mam�. De repente, un malvado cazador, escondido entre unas matas, dispara contra ellos.
El cazador ha matado a la mam� de Babar. Los monos se esconden, los p�jaros echan a volar. El cazador persigue al pobre Babar para atraparlo. Babar escapa porque tiene miedo del cazador.
Al cabo de unos d�as, llega, muy cansado, a una gran ciudad... Est� sorprendido porque es la primera vez que ve tantas casas. �Cu�ntas cosas nuevas! �Las avenidas son magn�ficas! �Qu� autos y qu� autobuses! Pero lo que m�s llama la atenci�n de Babar son dos se�ores que encuentra en la calle. Y piensa: �Qu� bien vestidos van. C�mo me gustar�a tener un traje as� de bonito... Pero, �c�mo conseguirlo?�
Por suerte, una anciana se�ora muy rica, que quiere mucho a los elefantes peque�os, se da cuenta, al mirarlo, de que suspira por un buen traje. Y como a ella le gusta hacer felices a los dem�s, le da su monedero. Babar le dice: �Gracias se�ora�.
Ahora Babar vive en casa de la anciana se�ora. Por la ma�ana, hacen gimnasia juntos y luego se ba�a. Se pasea en autom�vil cada d�a. Se lo ha comprado la anciana se�ora, que le da todo lo que quiere.
Pero Babar no es completamente feliz, porque ahora no puede jugar en la selva con sus primos y con sus amigos los monos. Muchas veces, asomado a la ventana, piensa en su infancia y llora recordando a su mam�.
Han pasado dos a�os. Un d�a, mientras pasean, Babar ve c�mo se acercan dos elefantes que van completamente desnudos.
� �Pero si son Arturo y Celeste, mis primos! � dice, asombrad�simo, a la anciana.
Babar abraza a Arturo y a Celeste y luego se va con ellos a comprarles trajes bonitos. Despu�s los lleva a la pasteler�a a merendar.
Mientras, en la selva, los dem�s elefantes buscan a Arturo y a Celeste y los llaman a gritos; sus mam�s est�n muy preocupadas. Afortunadamente, un viejo marab� que volaba sobre la ciudad los vio y r�pidamente avis� a los elefantes.
Las mam�s de Arturo y Celeste van a la ciudad a buscarlos; est�n content�simas de haberlos encontrado, aunque les ri�en por su escapatoria.
Babar decide marcharse con Arturo, Celeste y sus mam�s y volver con ellos a la selva. Todo est� listo para el viaje. Babar abraza a su amiga y le promete volver alg�n d�a. No la olvidar� jam�s.
La anciana se�ora se ha quedado sola. Est� triste y se pregunta: ��Cu�ndo volver� a ver a mi peque�o Babar?�
Ya se han marchado... Como las mam�s no cab�an en el coche, van corriendo detr�s y levantan sus trompas para no tragarse el polvo.
Pero aquel mismo d�a, el rey de los elefantes se comi� una seta venenosa mientras paseaba. Se ha puesto muy enfermo a causa del veneno. Tan enfermo que ha muerto. �Qu� desgracia tan grande!
Despu�s de su entierro, los elefantes m�s viejos se han reunido para elegir a un nuevo rey. Y justo en ese momento oyen un ruido, se dan la vuelta, miran y... �qu� ven? A Babar que llega en coche y a todos los elefantes que corren y gritan:
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� �Ya est�n aqu�! �Ya est�n aqu�! �Han vuelto! �Hola Babar! �Hola Arturo! �Hola Celeste! �Qu� trajes tan elegantes! �Qu� coche tan bonito!
Entonces Cornelius, el m�s viejo de los elefantes, dice con su voz temblorosa:
� Amigos, estamos buscando un rey, �por qu� no elegir a Babar? Viene de la ciudad, ha aprendido much�simo todo este tiempo entre los hombres. D�mosle la corona.
Todos los elefantes opinan que Cornelius ha hablado muy bien. Y esperan impacientes la respuesta de Babar.
� Os doy las gracias a todos � dice �ste � pero antes de aceptar, debo deciros que durante el viaje en coche, Celeste y yo nos hemos prometido. Si yo voy a ser vuestro rey, ella ser� vuestra reina.
� �Viva la reina Celeste! �Viva el rey Babar! � gritan todos los elefantes sin dudarlo un momento. Y as� fue c�mo Babar se convirti� en... �rey!
Babar dijo entonces a Cornelius:
� Tienes ideas geniales, por eso te voy a nombrar general y cuando yo lleve la corona, te dar� mi bomb�n. Me casar� con Celeste dentro de ocho d�as; haremos una gran fiesta para celebrar la boda y la coronaci�n.
Despu�s Babar pide a los p�jaros que vayan a invitar a todos los animales a su boda. Los invitados comienzan a llegar. El dromedario, que era el responsable de ir a la ciudad a comprar trajes elegantes para la boda, los trae justo a tiempo para la ceremonia.
Boda de Babar.
Coronaci�n de Babar.
Despu�s de la boda y la coronaci�n todos bailan con ganas. Los p�jaros se confunden con la orquesta.
Se ha acabado la fiesta. Es de noche. Brillan las estrellas.
El rey Babar y la reina Celeste sue�an dichosos... con su felicidad.
Ahora todo duerme. Los invitados han regresado a sus casas, muy contentos, aunque cansados de tanto bailar. Durante mucho tiempo recordar�n este magn�fico baile.