Letra de Londres Desolado - Bso La Guerra De Los Mundos (The War Of The Worlds) (Version En Espa�ol)
Letra de canci�n de Londres Desolado de Bso La Guerra De Los Mundos (The War Of The Worlds) (Version En Espa�ol) lyrics
- LONDRES DESOLADO -
- DEAD LONDON �
En Euston Road hab�a una docena de cad�veres,
con sus contornos difuminados por el polvo negro.
Todo era silencio.
Las casas vac�as.
Las tiendas cerradas, pero con huellas de pillaje.
Algunos se hab�an llevado vino y comida.
Y delante de una joyer�a hab�a algunas cadenas de oro esparcidas por la acera.
ULLAAAAaaaa.
Me detuve mirando hacia el sonido.
Parec�a como si ese inmenso desierto de casas hubiera encontrado
una voz para su temor, y su soledad.
ULLAAAAaaaa.
El grito desolador
me taladro la mente.
Aquel gemido se apodero de m�.
Me sent�a agotado, con los pies doloridos, hambriento, sediento.
Que hacia vagando solo por aquella ciudad de muertos.
Porque segu�a vivo,
mientras Londres yacia envuelta en su negra mortaja.
Me ve�a insoportablemente solo.
Arrastr�ndome de calle en calle.
Inexorablemente atra�do por aquel grito
ULLAAAAaaaa.
Por encima de los arboles de Primrose Hill
vi a la m�quina de guerra que emit�a el aullido.
https://www.coveralia.com/letras/londres-desolado-bso-la-guerra-de-los-mundos--the-war-of-the-worlds---version-en-espanol-.php
Cruce Regents Canal y me encontr� con otra m�quina igualmente erguida
pero tan inm�vil como la anterior.
ULLAAAAaaaaaaaaaa.
Bruscamente ceso el sonido.
En un instante,
la desolaci�n y la soledad se me hicieron insoportables.
Mientras hab�a sonado aquella voz, Londres pod�a parecer a�n viva.
Pero ahora, repentinamente, algo cambiaba. algo desaparec�a,
y quedaba solo aquel opresivo silencio.
Levante la mirada y vi una tercera maquina.
Erguida, inm�vil como las otras.
Tuve un arranque de locura.
Iba a entregar mi vida a los marcianos aqu�, ahora.
Me dirig� con temeridad hacia el tit�n,
y vi un enjambre de p�jaros negros que revoloteaban
y se api�aban en torno a la cabina.
Eche a correr, y mientras hu�a por la colina hasta el inm�vil monstruo no sent�a miedo,
sino un salvaje y estremecido j�bilo.
Por fuera de la cabina colgaban unos jirones
que los voraces p�jaros picoteaban y desgarraban.
Sub� hasta la cresta de Primrose Hill y ante mi apareci� el gran campamento marciano
esparcidos por �l, dentro de sus maquinas volcadas,
estaban los marcianos. Muertos, aniquilados.
Pero no por los in�tiles recursos del hombre,
sino por los seres m�s humildes de la tierra.
Las bacterias.
Las diminutas, invisibles bacterias.
Seg�n fueron llegando los invasores
Al comer y al beber les atacaron nuestros microsc�picos aliados.
Desde ese momento. Estaban condenados.
- DEAD LONDON �
En Euston Road hab�a una docena de cad�veres,
con sus contornos difuminados por el polvo negro.
Todo era silencio.
Las casas vac�as.
Las tiendas cerradas, pero con huellas de pillaje.
Algunos se hab�an llevado vino y comida.
Y delante de una joyer�a hab�a algunas cadenas de oro esparcidas por la acera.
ULLAAAAaaaa.
Me detuve mirando hacia el sonido.
Parec�a como si ese inmenso desierto de casas hubiera encontrado
una voz para su temor, y su soledad.
ULLAAAAaaaa.
El grito desolador
me taladro la mente.
Aquel gemido se apodero de m�.
Me sent�a agotado, con los pies doloridos, hambriento, sediento.
Que hacia vagando solo por aquella ciudad de muertos.
Porque segu�a vivo,
mientras Londres yacia envuelta en su negra mortaja.
Me ve�a insoportablemente solo.
Arrastr�ndome de calle en calle.
Inexorablemente atra�do por aquel grito
ULLAAAAaaaa.
Por encima de los arboles de Primrose Hill
vi a la m�quina de guerra que emit�a el aullido.
https://www.coveralia.com/letras/londres-desolado-bso-la-guerra-de-los-mundos--the-war-of-the-worlds---version-en-espanol-.php
Cruce Regents Canal y me encontr� con otra m�quina igualmente erguida
pero tan inm�vil como la anterior.
ULLAAAAaaaaaaaaaa.
Bruscamente ceso el sonido.
En un instante,
la desolaci�n y la soledad se me hicieron insoportables.
Mientras hab�a sonado aquella voz, Londres pod�a parecer a�n viva.
Pero ahora, repentinamente, algo cambiaba. algo desaparec�a,
y quedaba solo aquel opresivo silencio.
Levante la mirada y vi una tercera maquina.
Erguida, inm�vil como las otras.
Tuve un arranque de locura.
Iba a entregar mi vida a los marcianos aqu�, ahora.
Me dirig� con temeridad hacia el tit�n,
y vi un enjambre de p�jaros negros que revoloteaban
y se api�aban en torno a la cabina.
Eche a correr, y mientras hu�a por la colina hasta el inm�vil monstruo no sent�a miedo,
sino un salvaje y estremecido j�bilo.
Por fuera de la cabina colgaban unos jirones
que los voraces p�jaros picoteaban y desgarraban.
Sub� hasta la cresta de Primrose Hill y ante mi apareci� el gran campamento marciano
esparcidos por �l, dentro de sus maquinas volcadas,
estaban los marcianos. Muertos, aniquilados.
Pero no por los in�tiles recursos del hombre,
sino por los seres m�s humildes de la tierra.
Las bacterias.
Las diminutas, invisibles bacterias.
Seg�n fueron llegando los invasores
Al comer y al beber les atacaron nuestros microsc�picos aliados.
Desde ese momento. Estaban condenados.