Letra de Robo Un Auto - Nunca M�s - Hermetica - Homenaje
Letra de canci�n de Robo Un Auto - Nunca M�s de Hermetica - Homenaje lyrics
Rob� un auto para trasladarse hacia las soledades vivientes
Sentirse, cerca de eso era su sue�o m�s ardiente
Aprovechando el apag�n de la ciudad capital
Y renunciando a las amargas sales, para nunca, para nunca volver.
Jam�s se estacion� en su suerte, por eso no lograron detenerlo
Las autoridades camineras ni los mec�nicos desperfectos
S�lo el cielo de La Pampa lo vio como un rayo cruzar el desierto
Y a una simple joven sin planes, de un peque�o gran infierno arrancar.
Condujeron sus propios destinos por el sendero que el mundo esquiv�
https://www.coveralia.com/letras/robo-un-auto---nunca-mas-hermetica---homenaje.php
Y pudieron sentirse su estado, su patr�n, su �ntimo Dios.
No pudo doblegarlos el invierno con el azote de sus vientos
Mientras refugio levantaban en las vivas paredes de un cerro
El amor hijos les dio al nacer y al Dios vivo agradecieron
El no permanecer prisioneros del urbano acostumbramiento.
Condujeron sus propios destinos por el sendero que el mundo esquiv�
Y pudieron sentirse su estado, su patr�n, su �ntimo Dios.
Sentirse, cerca de eso era su sue�o m�s ardiente
Aprovechando el apag�n de la ciudad capital
Y renunciando a las amargas sales, para nunca, para nunca volver.
Jam�s se estacion� en su suerte, por eso no lograron detenerlo
Las autoridades camineras ni los mec�nicos desperfectos
S�lo el cielo de La Pampa lo vio como un rayo cruzar el desierto
Y a una simple joven sin planes, de un peque�o gran infierno arrancar.
Condujeron sus propios destinos por el sendero que el mundo esquiv�
https://www.coveralia.com/letras/robo-un-auto---nunca-mas-hermetica---homenaje.php
Y pudieron sentirse su estado, su patr�n, su �ntimo Dios.
No pudo doblegarlos el invierno con el azote de sus vientos
Mientras refugio levantaban en las vivas paredes de un cerro
El amor hijos les dio al nacer y al Dios vivo agradecieron
El no permanecer prisioneros del urbano acostumbramiento.
Condujeron sus propios destinos por el sendero que el mundo esquiv�
Y pudieron sentirse su estado, su patr�n, su �ntimo Dios.