Depeche Mode y Placebo cerraron ayer un gran FIB
Ayer domingo, el Festival Internacional de Benicássim (FIB), puso punto y final a su XII edición. Depeche Mode y Placebo fueron los platos fuertes de la última jornada de este festival, que junto a Pixies y The Strokes el viernes, Franz Ferdinand y Morrisey el sábado, han sido las grandes estrellas.
El concierto de Depeche Mode era, desde el pasado mes de diciembre, el gran reclamo publicitario del FIB y consiguió, junto a las convocatorias de Morrissey, Pixies, Strokes y Franz Ferdinand, que los abonos se agotaran un mes y medio antes del festival, algo inédito en España y un logro atribuido, también, a la creciente repercusión de la cita castellonense en el mercado inglés.
La banda de Dave Gahan, Martin L.Gore y Andy Fletcher debutaba en el FIB en medio de la gira de su último disco, "Playing the angel" - que mañana, martes, les llevará a Torrevieja (Alicante)-, y con la vitola de ser uno de los grupos más influyentes del panorama alternativo del rock electrónico de los últimos veinte años.
Por eso más de 35.000 personas se rindieron ante "Personal Jesus", "Enjoy the silence", "Behind the wheel", "A question of time", "The world in my eyes", "Stripped" o, el último bis del concierto, "Never let me down".
Y también por eso, porque desde "Violator" (1987) no han logrado el mismo éxito, aunque sí mantiene una legión de admiradores por todo el mundo - como U2, como Red Hot Chili Peppers, como REM, como tantos grupos que viven bien de las herencias de los años 80-, el público del FIB no sintió lo mismo con los temas más recientes, ni siquiera con "Walking in my shoes", "I feel you" o "Precious".
Durante más de una hora y media - el récord de este FIB en el Escenario Verde-, el trío de Balsidon ejecutó un producto diseñado para el llamado "stadium rock", con efectistas videoproyecciones, juegos de luces al estilo Queen y una actitud de Dave Gahan que, precisamente, recordaba a Freddy Mercury.
Con el negro como color protagonista - más de motoristas que del gótico de sus inicios musicales- y con el líder de la banda entregado al papel de estrella del rock, el concierto transcurrió con demasiados silencios entre cada tema, con constantes gritos por parte de Dave Gahan para jalear al público y hasta con un "Happy birthday" cantado en masa a Martin L.Gore por su cumpleaños.
Previamente, sus compatriotas Madness sorprendieron a muchos "fibers" con la recuperación festiva del ska de finales de los 70, su peculiar estética - trajeados y con bombín a más de 30 grados a la sombra-, una sección de viento muy efectista y dos temas, "Our house" y "Must be love", que, reconocidos por muchos por ser melodías de anuncios televisivos, sirvieron de broche final.
También pudimos ver grandes conciertos comos los que ofrecieron Editors o We are scientists, estos últimos tuvieron el inconveniente de coincidir en hora con Depeche Mode lo cual produjo una escasa afluencia de público.
Pero el concierto que se recordará como cierre de lujo del FIB más lujoso - 6,6 millones de euros de presupuesto- fue el de los también británicos Placebo, con miles de personas entregadas a su espectacular puesta en escena del rock glam reinventado para la generación "fiber": Bowie y The Stooges, en la versión de la banda de Brian Molko para hacer comercial la angustia adolescente, los amores no correspondidos y la rabia existencial del siglo XXI.
Tras visitar este festival en 2000 y 2003, volvían con nuevo disco ("Meds"), del que presentaron media docena de temas junto al obligado repaso a grandes éxitos como "Bitter end", "Every me, every you", "Special K" o "Black-eyed".
Tras los conciertos de dEUS y The Rakes y las sesiones de pinchadiscos hasta el amanecer, el duodécimo FIB pasará a la historia. La de la música moderna, popular, que un día fue alternativa.
EFE
Tags: pixies, depeche mode, franz ferdinand, the strokes, morrissey, placebo